"Great Expectations" fué la decimo tercera novela de mi autor favorito Charles Dickens: la
segunda de sus novelas en ser narrada en primera persona y narra las aventuras de Phillip
Pirrip (Pip).
Lo que nos atañe en este post no es la novela en sí, sino la traducción de su título al
español y el significado que sus palabras nos confiere tanto en inglés como en español.
En inglés como antes mencionamos, se tituló "Great Expectation" y al español fué traducida
como "Grandes Esperanzas". Yo siempre me pregunté si la traducción del inglés "expectations"
al español "esperanzas" era la mas apropiada. Cuando yo leí el libro, el contexto ponía el
significado de expectations como algo más fuerte que una esperanza, era una vaga certeza en
vez de un anhelo.
Creo sinceramente que expectativa es cuando haces algo y crees que su resultado será de
cierta manera. tienes la expectativa de que tu tarea va a recibir una buena nota; tienes la
expectativa de que a tu amado le gustará tu atuendo, etc.
Pero esperanza es cuando no tienes control sobre aquello que quisieras que sucediera, como
ejemplo la loteria. Por eso es que cuando recientemente escuché la frase: "No tengas expectativas altas" me quedé reflexionando sobre las malas interpretaciones de ciertas palabras y expresiones.
¿Qué es lo que realmente queremos decir cuando hablamos de esperanzas y expectativas?
Cuando alguien dice: "No quiero tener esperanzas para así no decepcionarme." ¿No sería acaso
tonto decepcionarte de algo por lo cual no hiciste nada? Si realmente lo quisieras tendrías las expectativas mas altas del mundo y harías todo lo posible para cumplirlas, porque no son la expectativas de nadie más, sino las tuyas. Estarías defraudando a la persona que más impacto tiene en tu vida... ¡Tú mismo!
Por eso a mi me gusta tener esperanzas cuando no puedo hacer algo, pero prefiero tener grandes expectativas sobre mi vida, porque es lo único sobre lo que realmente puede tener expectativas sin temer a ser defraudado, porque estoy seguro que haré todo lo posible por hacer lo mejor por mi vida.
¡Tengan esperanzas por los demás, pero tengan expectativas sobre su vida y trabájen por cumplirlas!
martes, 16 de julio de 2013
miércoles, 3 de julio de 2013
El Gran Blanco Asesino
Mis queridos Lectores, disculpen nuevamente la ausencia, inició en mi vida una nueva y excitante etapa que requirió un tiempo de ajuste pero ahora he vuelto.
El Gran Blanco Asesino
¿Cuál es el mayor asesino de ideas creativas al año?
¿La tele? ¿Los videojuegos que "atrofian" la mente? ¿La monótona vida diaria?
Ninguno de ellos.
EL mayor asesino de ideas creativas es el blanco.
El abismal y eterno blanco de una hoja sin rayar, del block de notas sin texto, de una partitura vacía, de un lienzo sin pinceladas, de una pared pulcra y sin mancha que espera un brochazo.
Ante la vista de una escena de esta naturaleza, la tinta se seca en la pluma, las notas enmudecen en el aire, la pintura se endurece en la lata, la brocha se pega a la cubeta y las ideas vuelan cual centellas y chocan contra la frustrante y horrible blancura de la nada.
Sentimos como esa hebra de inspiración comienza a tejer sus redes hacia las experiencias e ideas que hemos vivido en nuestros años y crea su propia vida de conexiones y pensamientos. Pero cuando quiere saltar de nuestra mente al mundo real y se topa con esa blancura es como si llegara a un desierto donde no se puede adherir a nada, sufre de inanición por falta de sustento e irremediablemente se marchita hasta morir y desaparecer.
Todo artista ha vivido la frustración de perder la vista durante horas en la pantalla, en el cuaderno, en la partitura, en el lienzo, viendo como tantas ideas surgen pero se asustan, se esconden al momento de ver la blancura de la nada esperando plasmarlas.
Creemos ilusamente que podemos tapar el sol con un dedo y alimentar el blanco con un título, poner la primera frase, escribir la palabra inicial, dibujar las primeras notas o trazar una pincelada inocente. Pero mas tardamos en poner esos elementos que en borrarlos porque nadie... nadie engaña al Gran Blanco.
Es hasta que surge esa idea que no importa dónde, cómo o cuándo, pero la TENEMOS que plasmar; en la mano, en una servilleta, como texto a un amigo, con carbón en una banqueta o tararearla a una grabadora. Ésa clase de creación pura que inunda todo nuestro ser hasta que lo sentimos rezumar por cada poro. La intoxicante sensación de ser simplemente la desembocadura de un torrente interminable de palabras, notas o trazos que fluyen sin miramientos ni freno a través de nuestras manos, ojos y boca. Ese trance que eleva el espíritu por sobre la existencia y trasciende a través de todas nuestras ideas, experiencias y emociones llevándolas de lo intangible a lo real.
Y no es hasta que hemos saciado y acabado con el Gran Blanco asesino que podemos continuar con nuestra existencia pasiva y dejar salir poco a poco las ideas para terminar de construir lo que sea que estemos tratando de crear.
Pero siempre estaremos ante el peligro de nuevamente encontrarnos con la terrible visión de aquella nada infinita que absorbe y asesina las pequeñas ideas inocentes que vagan por nuestra mente esperando ansiosas salir y mezclarse con nuestras obras.
Cuidado con el Gran Blanco asesino, puede acechar en cualquier instante y en cualquier lugar.
Comenten y Compartan si han vivido esa experiencia y nos leeremos pronto
Muchas Gracias
El Gran Blanco Asesino
¿Cuál es el mayor asesino de ideas creativas al año?
¿La tele? ¿Los videojuegos que "atrofian" la mente? ¿La monótona vida diaria?
Ninguno de ellos.
EL mayor asesino de ideas creativas es el blanco.
El abismal y eterno blanco de una hoja sin rayar, del block de notas sin texto, de una partitura vacía, de un lienzo sin pinceladas, de una pared pulcra y sin mancha que espera un brochazo.
Ante la vista de una escena de esta naturaleza, la tinta se seca en la pluma, las notas enmudecen en el aire, la pintura se endurece en la lata, la brocha se pega a la cubeta y las ideas vuelan cual centellas y chocan contra la frustrante y horrible blancura de la nada.
Sentimos como esa hebra de inspiración comienza a tejer sus redes hacia las experiencias e ideas que hemos vivido en nuestros años y crea su propia vida de conexiones y pensamientos. Pero cuando quiere saltar de nuestra mente al mundo real y se topa con esa blancura es como si llegara a un desierto donde no se puede adherir a nada, sufre de inanición por falta de sustento e irremediablemente se marchita hasta morir y desaparecer.
Todo artista ha vivido la frustración de perder la vista durante horas en la pantalla, en el cuaderno, en la partitura, en el lienzo, viendo como tantas ideas surgen pero se asustan, se esconden al momento de ver la blancura de la nada esperando plasmarlas.
Creemos ilusamente que podemos tapar el sol con un dedo y alimentar el blanco con un título, poner la primera frase, escribir la palabra inicial, dibujar las primeras notas o trazar una pincelada inocente. Pero mas tardamos en poner esos elementos que en borrarlos porque nadie... nadie engaña al Gran Blanco.
Es hasta que surge esa idea que no importa dónde, cómo o cuándo, pero la TENEMOS que plasmar; en la mano, en una servilleta, como texto a un amigo, con carbón en una banqueta o tararearla a una grabadora. Ésa clase de creación pura que inunda todo nuestro ser hasta que lo sentimos rezumar por cada poro. La intoxicante sensación de ser simplemente la desembocadura de un torrente interminable de palabras, notas o trazos que fluyen sin miramientos ni freno a través de nuestras manos, ojos y boca. Ese trance que eleva el espíritu por sobre la existencia y trasciende a través de todas nuestras ideas, experiencias y emociones llevándolas de lo intangible a lo real.
Y no es hasta que hemos saciado y acabado con el Gran Blanco asesino que podemos continuar con nuestra existencia pasiva y dejar salir poco a poco las ideas para terminar de construir lo que sea que estemos tratando de crear.
Pero siempre estaremos ante el peligro de nuevamente encontrarnos con la terrible visión de aquella nada infinita que absorbe y asesina las pequeñas ideas inocentes que vagan por nuestra mente esperando ansiosas salir y mezclarse con nuestras obras.
Cuidado con el Gran Blanco asesino, puede acechar en cualquier instante y en cualquier lugar.
Comenten y Compartan si han vivido esa experiencia y nos leeremos pronto
Muchas Gracias
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